Ni yo misma imaginaba acabar así
Soy creadora de contenido. Sí, creadora de contenido y, además, con poca experiencia previa (que ya es raro…). Es más, hasta hace un par de semanas, ni yo misma pensaba que podría estar dedicándome a esto.
Toda mi vida ha girado en torno al mundo de la educación, mi madre y mi tía son maestras y yo estaba siguiendo el mismo camino.
Hace 5 años empecé a estudiar en la universidad.
¡Ojo! esta opción solo vale para los auténticos conformistas.
Para aquel entonces me podía considerar una afortunada conformista, felicidades, pase lo que pase en tu vida, con un buen encogimiento de hombros y un «para qué molestarse si ya está hecho» estás listo/a. La felicidad es más accesible a aquellas personas que se conforman con lo que tienen, que se toman la vida con filosofía.
En fin, a lo que íbamos. Ir a la universidad… Hoy en día, está muy bien bien visto ir a la universidad, la gente te valora más. Tener estudios, eso que te da caché y nombre.
Iba a la universidad para ejercer como maestra. Seguía adelante y simplemente vivía el día a día sin dolores de cabeza y sin torturarme pensando en lo que pudo haber sido escoger otro de los tantos caminos. Me estuve preparando para pasar las oposiciones hasta que… llegó a mi vida una oportunidad.
Las oportunidades solo ocurren una vez, a veces nos parecen tan bonitas que las dejamos pasar.
Hay veces en la vida que hacemos, estudiamos o, simplemente, dedicamos nuestro tiempo a cosas para asegurarnos un futuro o intentar crear un futuro estable. Pero no es lo que te llena.
No fuerces tu futuro. Sigue tu camino, a veces hay que arriesgar.
Todos tenemos un talento, oculto o que quizás ya hemos descubierto. Dale una oportunidad a tu talento. Rodéate de gente positiva que potencie tus aptitudes y confíe en ti.